Tai Chi Chuan: Herramienta de Bienestar para nuestros tiempos
El Tai Chi Chuan es un arte marcial interno que consiste de una secuencia de movimientos, que enfatizan principios posturales, que promueven la salud del organismo y lo preparan para responder dinámicamente a influencias externas. Se le denomina como un arte marcial interno, ya que el énfasis de la práctica se hace en la cultivación del movimiento de la energía o Chi en el cuerpo.
Generalmente se reconocen cuatro formas modernas principales, que fueron evolucionando del estilo Chen desarrollado en una pequeña aldea en China, hace unos 400 a 500 años. Desde 1960 estas formas se han popularizado en Occidente y una de las más conocidas es la forma Yang Corta atribuida al Maestro Cheng Man Ching, quien enseño en Nueva York en los años 70.
Los beneficios del Tai Chi Chuan se comprenden al estudiar los principios aplicados de la Medicina Tradicional China. La energía o Chi en el cuerpo se mueve a través de canales o meridianos que atraviesan todo el cuerpo de pies a cabeza. En su trayecto estos meridianos pasan por puntos específicos de manera tal que se establecen conexiones energéticas desde las extremidades a los órganos internos. Cuando la circulación de la sangre es deficiente, el Chi se estanca en ciertas áreas y surgen dolencias y dolores. Esto se puede experimentar por dificultad al realizar ciertos movimientos, o dolor en ciertos músculos o articulaciones.
El Tai Chi Chuan, en cualquier de sus variantes, introduce al practicante a movimientos que requieren la adopción de principios que implican la interrelación de la colocación de la cabeza con respecto a la columna vertebral y las extremidades. Si los principios de movimiento son aplicados de manera balanceada, la energía fluye armoniosamente al trasladar el cuerpo de una posición a otra. Así el practicante experimenta un estado de relajación y vitalidad.
Aunque aparentemente el Tai Chi Chuan parece sencillo, aplicar los principios adecuadamente presenta dificultades a los principiantes. En su mayoría estas dificultades emergen de los hábitos posturales dinámicos o de el cuerpo en movimiento.
Al comenzar el estudiante debe aprender a adaptar su organismo a los requerimientos de los principios inherentes en la forma que estudia. Esto significa aprender a colocar las articulaciones principales en posiciones relativas, una respecto a la otra, que son específicas. Esto puede llegar a ocasionar dolores o molestias, que muchas veces llevan al principiante a abandonar la práctica.
Las dificultades de alineamiento de las articulaciones, son precisamente lo que hace del Tai Chi una herramienta poderosa de corrección de la postura dinámica. Al tomar consciencia de sus dificultades, el estudiante que persevera en su práctica, comienza a mejorar su postura tanto en reposo como en movimiento. Esto le ayuda a mejorar la circulación de energía por los meridianos, lo que redunda en un mayor bienestar.
Una forma de acelerar el progreso del estudiante y de ayudarlo a vencer las dificultades posturales que enfrenta al estudiar Tai Chi, es la práctica de secuencias de movimiento Feldenkrais.
He denominado a esta sinergia de Tai Chi y los movimientos siguiendo los principios establecidos por Moshe Feldenkrais, Tai Chi Fácil. Ello implica detenerse a estudiar los principios implícitos en el Tai Chi desde una perspectiva más amplia que ayude al estudiante a realizar en qué radican sus dificultades. En cierta forma es como si se estudiara el paso de una postura a otra de Tai Chi, como una secuencia de movimiento Feldenkrais. La idea es ayudar al estudiante a localizar con mayor precisión donde se encuentra el obstáculo al movimiento fluido que se busca lograr.
Generalmente se reconocen cuatro formas modernas principales, que fueron evolucionando del estilo Chen desarrollado en una pequeña aldea en China, hace unos 400 a 500 años. Desde 1960 estas formas se han popularizado en Occidente y una de las más conocidas es la forma Yang Corta atribuida al Maestro Cheng Man Ching, quien enseño en Nueva York en los años 70.
Los beneficios del Tai Chi Chuan se comprenden al estudiar los principios aplicados de la Medicina Tradicional China. La energía o Chi en el cuerpo se mueve a través de canales o meridianos que atraviesan todo el cuerpo de pies a cabeza. En su trayecto estos meridianos pasan por puntos específicos de manera tal que se establecen conexiones energéticas desde las extremidades a los órganos internos. Cuando la circulación de la sangre es deficiente, el Chi se estanca en ciertas áreas y surgen dolencias y dolores. Esto se puede experimentar por dificultad al realizar ciertos movimientos, o dolor en ciertos músculos o articulaciones.
El Tai Chi Chuan, en cualquier de sus variantes, introduce al practicante a movimientos que requieren la adopción de principios que implican la interrelación de la colocación de la cabeza con respecto a la columna vertebral y las extremidades. Si los principios de movimiento son aplicados de manera balanceada, la energía fluye armoniosamente al trasladar el cuerpo de una posición a otra. Así el practicante experimenta un estado de relajación y vitalidad.
Aunque aparentemente el Tai Chi Chuan parece sencillo, aplicar los principios adecuadamente presenta dificultades a los principiantes. En su mayoría estas dificultades emergen de los hábitos posturales dinámicos o de el cuerpo en movimiento.
Al comenzar el estudiante debe aprender a adaptar su organismo a los requerimientos de los principios inherentes en la forma que estudia. Esto significa aprender a colocar las articulaciones principales en posiciones relativas, una respecto a la otra, que son específicas. Esto puede llegar a ocasionar dolores o molestias, que muchas veces llevan al principiante a abandonar la práctica.
Las dificultades de alineamiento de las articulaciones, son precisamente lo que hace del Tai Chi una herramienta poderosa de corrección de la postura dinámica. Al tomar consciencia de sus dificultades, el estudiante que persevera en su práctica, comienza a mejorar su postura tanto en reposo como en movimiento. Esto le ayuda a mejorar la circulación de energía por los meridianos, lo que redunda en un mayor bienestar.
Una forma de acelerar el progreso del estudiante y de ayudarlo a vencer las dificultades posturales que enfrenta al estudiar Tai Chi, es la práctica de secuencias de movimiento Feldenkrais.
He denominado a esta sinergia de Tai Chi y los movimientos siguiendo los principios establecidos por Moshe Feldenkrais, Tai Chi Fácil. Ello implica detenerse a estudiar los principios implícitos en el Tai Chi desde una perspectiva más amplia que ayude al estudiante a realizar en qué radican sus dificultades. En cierta forma es como si se estudiara el paso de una postura a otra de Tai Chi, como una secuencia de movimiento Feldenkrais. La idea es ayudar al estudiante a localizar con mayor precisión donde se encuentra el obstáculo al movimiento fluido que se busca lograr.